martes, 3 de agosto de 2010

El Llano en Villavicencio

El llano en Villavicencio
Por: Oscar Alfonso Pabón Monroy (*)

Como por estos días es tiempo de joropo en Villavicencio, resulta propicio hablar de la entronización de algunos elementos de la cultura llanera en la ciudad denominada “capital del llano colombiano”.

Dando un vistazo relámpago a su pasado folclórico regional, sin equívoco puedo asegurar que quizá la primera adopción de una tradición llanera ocurrida aquí fue la gastronómica a partir de la mamona, especialidad de carne sin adobo alguno asada en varas.

Luego –en la década del sesenta- vino la música llanera, proceso en el cual sin duda alguna la radio coadyuvó con la frecuente difusión de canciones primero grabadas en Venezuela y luego en Colombia. Esta adopción se reforzó con el nacimiento del Festival del Joropo, que este año llega a su 41ª versión.

El siguiente elemento acogido fue el baile del joropo, de tímida ejecución al comienzo pero asombrosamente masivo ahora.

Con la música y la danza llaneras los villavicenses se han sensibilizado a partir del surgimiento de academias oficiales y particulares, que forman muchas cohortes de citadinos intérpretes.

Luego llegó el coleo, o trabajo del llanero hecho espectáculo, que ya aglutina multitudinaria afición. De reciente adopción es la hayaca, exquisito plato otrora reservado para tradicionales fechas que rápido tomó vigencia en la cotidianidad villavicense, al punto que hoy es común conseguirla cada tarde en la plazuela de Los Centauros.

Si en viejos años la capital metense fue punto final de las legendarias ganaderías araucanas, en tiempos presentes innegable resulta decir que en esta ciudad de piedemonte se adoptaron y adaptaron buena parte de las expresiones culturales del llano adentro, territorio del cual es puerta de entrada.

(*) Comunicador Social comunitario

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